jueves, 17 de septiembre de 2015

El trauma de la fontanería o plomería


Mi gente,

Las familias de escasos recursos sueñan y se esfuerzan porque algunos de sus hijos, casi siempre bastante numerosos, logren hacer una carrera universitaria y garanticen así un empleo mejor remunerado, sin tanto sudor laboral y con un mayor prestigio en la comunidad. Cuántas películas abordan este tema en los predios universitarios  de EEUU y otros países  en temas amorosos entre pobres y adinerados.

Empero, parece ser que los viejos oficios de la humanidad se han hecho más importantes que las carreras universitarias y no porque médicos puedan desempeñarse de taxistas o ingenieros como pintores, etc. en tiempos en que los profesionales superiores no son tan bien pagados en los países en vías de desarrollo. Hoy por hoy encontrar un buen albañil, un buen electricista, un buen mecánico automotor o de equipos electrodomésticos,  con sentido de la responsabilidad, es como hallar una aguja en un pajar. Ni que decir si hubiera que contratar al reparador de sueños de Silvio Rodríguez.

A mi todos me han atormentado y a cada uno le podía dedicar unas notas, pero en primer lugar el Plomero o Fontanero es causante de muchas de las arrugas que ya visten mi piel.

Un día comprendí que para descargar los baños o bates de las casas de mis familiares y amigos, así como la de los centros de trabajo, había que levantar la tapa, introducir la mano en el agua casi siempre babosa, y asegurándola con firmeza en una mano, levantar el meruco y lograr asear la taza. Una visitante dejó caer la tapa de cerámica y el tanque quedo con el agua  visible al alcance de la mano y sólo había que utilizar una mano.

Como yo iba a la iglesia, pedí a Dios que se rompieran las tapas de todos los baños, pues me habían castigado al mancharme la camisa blanca del uniforme de la escuela al sostener una de esas tapas debajo del brazo izquierdo.  Hacer de cuerpo, es un acto íntimo, y a  nadie agrada que sus excrecencias sean identificadas, por lo que todos desean dejar limpia la taza y había que arriesgarse.

Cuentan que las maniguetas de descarga siempre infuncionantes y el salidero constante por los merucos se debe a la dureza del agua local, que las sales que contiene son más agresivas, caramba que hasta el agua en Europa será más disciplinada y de mayor calidad.

No hay prácticamente casa exenta de este mal. Es común el goteo constante de los grifos y las duchas, las motobombas de casas y edificios, y no aparecen los señores fontaneros o plomeros, y  a pesar de sus altas tarifas,  se vuelve el cuento de nunca acabar. 

Como la magia, lo real maravilloso y lo fantasioso es propio de estas tierras a veces descubrir cómo se descarga el tanque de la taza del baño es como encontrar el tesoro de un pirata, debían hacer un mapa los inventores de soluciones temporales que siempre duran de por vida. Así puede ser un cordelito, un alambrito, una cadenita, la agarradera de una olla, un botón, con frecuencia encubiertos con una florecita u otro adorno plástico, en el lugar menos imaginable. 

Cuando se trata de afectaciones colectivas en estos edificios sin dueños habría que escribir una novela. Use la imaginación y aprendan de plomería o fontanería si no quieren atormentarse. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario