Comer leyendas es un arte gastronómico de primer nivel. Me refiero a degustar esos alimentos que tienen un pasado glorioso y hasta hoy nos ponen la barriga llena y el corazón contento.
El Casabe más legendario no puede ser, pues constituye herencia de la gastronomía aborigen cubana. Le llaman la tortilla caribeña, hecha a base de yuca, y se le acompaña con todo lo que nuestro paladar desee.
Arroz Imperial
Suculento, excesivo, majestuoso, familiar, divino… éste y muchos elogios más recibe el plato señorial de la mesa cubana. De España le viene lo legendario… según cuentan tiene mucho que ver con las paellas valencianas y los arroces llenos de mariscos que llegaron desde la Madre Patria.
Cuando llegaron los conquistadores españoles a América comenzaron a buscar con desespero las minas de oro. Al preguntarles a los nativos donde estaba la riqueza dorada que poseían, ellos señalaron hacia los grandes cultivos de maíz. A Cuba llegó esta leyenda y hasta hoy sigue viva, convertida en tamales, hayacas, frituras, postres y demás presentaciones.
El Café
Imposible enumerar alimentos que constituyen patrimonio en la mesa del cubano y no dedicarle un espacio al café. Unos atribuyen el éxito de la bebida a la llegada de los colonos haitianos a las Sierra Maestra en los siglos de la colonia. Lo cierto es que, el llamado néctar de dioses, tiene mucho de arraigo y por qué no, bastante de misticismo.
La raspadura
Que nadie diga lo contrario… la raspadura fue la confitura por excelencia en épocas pasadas. Desde que Cuba se convirtió en leyenda de azúcar, zafras e ingenios, este derivado del guarapo cautivó a todos por su dulzor.
El arroz frito y las maripositas chinas
No quedó Chino que no tomará una maleta y se fuera al mundo, por supuesto hace muchos años atrás… y a Cuba llegaron miles. Llevaron sus leyendas al Caribe y en una maleta con todas sus recetas milenarias. La Habana es testigo de los mejores arroces fritos y las más delicadas maripositas, comidas para hacer reverencia al buen sabor.
El arroz con mango
El arroz llegó desde la China… el mango desde la India… ¡vaya mezcla de leyendas que fue a parar hace siglos a la gastronomía del cubano!. Un buen arroz con mango invita a repetir porque quien lo come sabe que está saboreando historia.
Era una receta popular en los siglos 17 y 18. Después el arroz con mango se convirtió además en una frase muy jocosa, para referirse a un gran desorden.
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