Para varios países caribeños y europeos, la llegada y partida de los cruceros de alta mar no reviste singularidad por lo cotidiano de esas maniobras, todo lo contrario de lo que ocurre en Cuba, donde esa modalidad turística ha sido perjudicada por el bloqueo.
En efecto, el asedio de Estados Unidos tiene un visible
impacto en diversas esferas de la economía y de los servicios en Cuba y también
en el desplazamiento de navíos que, con centenares de vacacionistas, surcan los
mares en afán de esparcimiento. Expertos consideran que si el bloqueo
finalizara quizás hasta 1 000 cruceros podrían atracar en puertos cubanos,
donde serían atendidos más de un millón de viajeros.
Ahora bien, varios factores benefician el incentivo del
turismo en Cuba: La seguridad en las
calles, la hospitalidad de los cubanos, el benigno invierno de la región
mientras en Europa y América del Norte bajan marcadamente las temperaturas, son
atributos conocidos por las firmas que
auspician la muy lucrativa industria de cruceros que tiene en el Caribe un
espacio geográfico nutrido.
Cuba tiene tres terminales para atender a los cruceros que
anclen en aguas territoriales y sería un avance que esos espacios se utilizaran
en toda su capacidad, pues a causa del bloqueo de Estados Unidos se cubrieron
en no más del 10%. Si se concreta la prevista revitalización del arribo de
cruceros, Cuba daría un paso firme en los esfuerzos para garantizar los
ingresos externos seguros que provienen del turismo, junto a la industria de
medicamentos, la producción de níquel y el azúcar.
Para esta temporada que inicia en diciembre de 2015, se espera
que Cuba reciba unos 600.000 vacacionistas, en un período donde se prevén escalas en los principales puertos
del país con barcos de mediano porte como el "MSC Opera", de la compañía italo-suiza MSC Cruises, con
capacidad para 2.600 pasajeros.
La inclusión de Cuba modificó la programación original de la
temporada 2015-2016 de la compañía líder de cruceros por el Mediterráneo,
Sudáfrica y Brasil, que canceló los itinerarios por Islas Canarias, Madeira y
Marruecos, para tener a La
Habana como puerto base.
La nueva operación incluye la posibilidad de navegar por
Jamaica, Islas Caimán y México, además de pasar dos noches en la capital
cubana.
Las principales compañías de cruceros con base en Estados
Unidos han realizado contactos con las autoridades turísticas y portuarias
cubanas, para incluir en sus itinerarios la visita a los lugares que durante
tantos años les han sido prohibidos.
Como parte de las regulaciones que conforman el bloqueo de
Estados Unidos contra Cuba, los ciudadanos estadounidenses no pueden viajar
para hacer turismo en la isla, aunque la administración Obama flexibilizó esas
restricciones y hoy pueden visitar la isla bajo 12 categorías permitidas por el
gobierno.
A partir de esas nuevas medidas del gobierno estadounidense
que flexibilizan las restricciones impuestas y mantenidas por muchos años,
algunos especialistas han pronosticado que se duplicarán en este año los viajes
de visitantes estadounidenses a Cuba.
Las compañías de cruceros estadounidenses, que durante mucho
tiempo han presionado todos los destinos del Caribe para desarrollar productos
y experiencias más allá del sol y el mar, encuentran en Cuba la oportunidad de
presentarse como un destino más diversificado.
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