En La Habana, por récord Guinness con Rueda Gigante de Casino

Bailadores de 17 países intentaron este miércoles establecer un nuevo récord Guinness al formar una Rueda Gigante de Casino en La Habana, la cual reunió a 964 personas en la explanada de La Piragua, en el malecón habanero.

La contagiosa Rueda Gigante logró establecer un nuevo tiempo de duración con 14 minutos y 58 segundos en movimiento, superando preliminarmente al récord actual establecido en Grecia en 2014 cuando 1 102 personas bailaron por alrededor de siete minutos y 16 segundos.

El lugar perfecto para encontrar un pequeño recuerdo de Cuba

 Hoy quiero sugerirte un sitio muy cercano a nuestra Casa de Carlos y Graciela, La Feria de la calle Obispo, el lugar perfecto para encontrar un pequeño recuerdo de Cuba.
La Feria de la calle Obispo tiene a su favor el estar enclavada en la principal calle peatonal de la Habana histórica, un lugar siempre lleno de vida y al que es fácil llegar desde cualquier punto de la zona antigua de la urbe.

 

En las diversas tarimas que hay en su interior, se pueden encontrar los más variados souvenirs, hechos para el gusto y bolsillo de todos: desde adorno en maderas, prendas trabajadas a mano y piezas de orfebrería y talabartería.

Los precios de las artesanías siempre se pueden ajustar directamente con los vendedores, entre los que pueden encontrarse algunos de los artesanos que allí exponen. Entre los objetos que más llaman la atención de los turistas destacan los llamados coco taxis, realizados en la técnica de papel maché y los pequeños humidores para tabacos.

Te invito a ver un corto video donde podrás apreciar algunas de las piezas que puedes adquirir en la Feria Artesanal de Obispo

Creciente cifra de estadounidenses interesados en viajar a Cuba

El 37 por ciento de los hombres y mujeres de Estados Unidos están interesados en viajar a Cuba en el futuro, publicó hace unos dias la agencia Switchfly, especializada en la industria del ocio. Según el reporte, el mayor porcentaje de disposición, en términos geográficos, lo muestran los estados del noreste con un 41 por ciento de confirmaciones.

A dicha región le siguen los territorios del sureste, con un 38 por ciento y los de la costa oeste con 37 por ciento, continúa el informe.

La encuesta constató además que al 52 por ciento de los estudiantes y la mitad de los graduados universitarios le gustaría ir al país caribeño.

En términos de edad, el 46 por ciento de los nacidos después de 1980 -conocidos como generación "millennial"- están interesados en visitar próximamente la isla, confirmó la pesquisa.

También, el 36 por ciento de los "baby boomers" -nomenclatura que agrupa a la generación nacida después de la Segunda Guerra Mundial, entre los años 1946 y 1965- también consideran la nación caribeña como parte de sus futuros viajes turísticos.

Los millennials representan actualmente más de la cuarta parte de la ciudadanía estadounidense, aproximadamente 83,1 millones, y superan la cifra de 75,4 millones de baby boomers, según datos oficiales del país norteño.

Switchfly señaló que la creciente cantidad y estilo de viaje poco convencional de la generación del tercer milenio podrían explotarse por el sector turístico isleño.

Según datos oficiales del Ministerio de Turismo cubano, esa rama acaba de romper su récord de tres millones de visitantes 45 días antes que el año anterior.

Muchos estadounidenses -aunque no puedan viajar a Cuba por la política de bloqueo impuesta hace medio siglo por el gobierno norteño- consideran al país un destino a donde ir en el futuro, dijo Daniel Farrar, director general de Switchfly, Inc.

"Mirar las fotos de la isla es un salto en el tiempo virtual de un paraíso visual que mucha gente quiere experimentar" agregó.

Farrar señaló que en la medida que el país caribeño se convierta en un destino más fácil para viajar, también cambiarán las opiniones de las personas acerca de su deseo de visitarlo.

Según la encuesta, de los que desean venir a Cuba, el 35 por ciento esperaría de dos a cinco años y el 36 por ciento hasta 10, contando con el fin del bloqueo o la abolición de las trabas políticas que vetan el turismo estadounidense en la isla y diariamente causan estragos en la economía nacional.

El buen emigrante

 El viejo refrán dice: Donde va Vicente hace lo que hace la gente. Sin embargo, inexplicablemente resulta que los emigrantes nacionales e internacionales tal vez quedan con la añoranza de sus costumbres, tradiciones y hasta prácticas religiosas de sus países de origen y en la ciudad de la Habana asan los cerdos a la púa al estilo oriental o quieren andar con turbantes y fundar mezquitas  y otros hábitos musulmanes, budistas, etc. en aquellos países o ciudades que le dan acogida, y en vez de adaptarse a los hábitos alimentarios, escolares u otros quieren trasplantar y a veces imponer una cultura ajena a las nuevas tierras donde fueron a buscar futuro.

Cuentan que los hindúes en Canadá se niegan a usar el casco de motoristas y viajar con sus turbantes. Mi vecina está preparando un envío de plátanos verdes machos, aguacates y malangas para sus familiares en el extranjero. Mandan incluso a buscar medicamentos porque sólo les asienta el meprobamato o la aspirina cubana. El sentido común, que dicen que es una bahía de poco calado, debe indicar o sugerir que la persona que decide ir a residir a un país extranjero debe respetar el modo de vivir o convivencia de su nuevo lar y romper esas tontas ataduras que no significa ni mucho menos perder patriotismo o la pertenencia a su país de origen.

Conocer, estudiar y profundizar en la historia de su tierra no puede implicar la conducta a veces ridícula de exigir de otros lo que no se supo reclamar allí donde nació.

Los cubanos y los israelitas se dice que siempre se enorgullecen de su origen aunque no son asimilados por los países de acogida y llegan a ser ciudadanos ejemplares, logrando los triunfos que un día soñaron. Desde luego, me parece que la cultura debe jugar un papel importante en este tema y aunque los países desarrollados del mundo tienen una deuda histórica con los menos desarrollados, como se entiende que una enfermera africana que abandonó su país para eludir la miseria de su país, arrastrada por el consumismo se lance en huelga furiosa manifestando contra el hospital de Londres que le dio trabajo y con lo cual ayuda a los parientes que quedaron atrás.

Nadie es poseedor de toda la verdad y tal vez yo esté equivocado. Yo no tengo alma de emigrante y he preferido vivir en el país donde nací. Mi sueño en la ancianidad es ir a refugiarme en un Home de Miami donde reside mi hijo menor, pero de seguro me comportaré como el resto de los ancianos norteamericanos y no mandaré a buscar leche evaporada a Cuba porque la americana me de dolor de tripa. Sean buenos emigrantes sin perder las raíces.