El local es amplio y con una decoración moderna y cálida en tonos negros y blancos, que contrasta con el ambiente colonial que rodea todo el edificio. El Azucar Lounge es ideal para relajarse y dejarse envolver por una atmósfera acogedora e informal, que propicia sensaciones e invita a la conversación.
Ha conquistado el estatus de restaurante imprescindible de alta gastronomía en La Habana gracias a una cocina llena maestría y sofisticación, para tocar el cielo.
La carta de comida es diversa, con unos 20 platos, algunos de ellos muy originales, cuidadas tapas y varias especialidades (desde rollitos de salmón con pasas y queso, hasta el pincho de higo y jamón serrano, pasando por unos suculentos raviolis con paté y queso azul o un ceviche de pescado).
En el Azúcar hay pinchos, cócteles y una terracita con vistas privilegiadas a los soberbios palacetes y soportales de esta plaza que fue el espacio comercial más importante de la capital en el siglo XVIII.
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